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Otronia lanza sus burbujas de la Patagonia extrema


Otronia Brut Nature
Otronia Brut Nature

"Otronia nace inicialmente como un proyecto de espumantes, ya que las condiciones de temperatura de Capitán Sarmiento son más parecidas a las Champagne que a Mendoza", comentó Juan Pablo Murgia, enólogo de esta bodega establecida en el sur de Chubut, en el extremo cultivable de la vid, durante la presentación en sociedad de las esperadas primeras burbujas de Otronia.


Claro que las 50 hectáreas de viñedos plantadas en 2010 a orillas del lago Musters -lago "Otrón", según las antiguos pobladores- se las tienen que ver con vientos y heladas más complicadas que las de Francia: temperaturas inferiores a 20° bajo cero en invierno y vientos provenientes del Pacífico con velocidades superiores a los 100 km/h hacen que el cultivo de la vid sea realmente desafiante.


Aun así, a fines de 2019 este proyecto que forma parte del grupo Avinea (del empresario Alejandro Bulgheroni, el mismo propietario de las bodegas Argento, en Mendoza, y Garzón, en Uruguay) presentó sus primeros vinos tranquilos -dos blancos y dos tintos-, y ahora finalmente da a conocer dos espumantes brut nature, uno 100% Chardonnay y otro 100% Pinot Noir.

Ambos cuentan con certificado de vino orgánico
Otronia Brut Nature Rosé
Otronia Brut Nature Rosé

Elaborado mediante método tradicional, Otronia Brut Nature es un espumante color amarillo, de delicados aromas a manzana roja, miel y pan. Seco, de cuerpo medio y burbuja fina, en boca se percibe manzana roja, manzana verde, pan y algo de levadura. Es un vino vertical, algo austero, de una acidez alta y jugosa, pero amable. Su graduación alcohólica es de 12,4%.

El precio en ambos casos es de $3800

También Champenoise, Otronia Brut Nature Rosé, por su parte, es de tenue color salmón. Sus aromas se centran en la fruta roja, algo especiada, acompañada de notas de pan. En boca es más amplio que su compañero Chardonnay, pero aun así mantiene un tono de delicadeza. Burbuja fina, su acidez es un poco más tensa y tiene algo más de textura en boca. Su graduación alcohólica es de 12,5%.


Quizás el chardo invita más a disfrutarlo solo, como aperitivo, mientras que el rosé de pinot va mejor dentro del contexto de una comida. En ambos casos, precisó Juan Pablo Murgia, se trata de espumantes cero dosaje, en cuyo licor de expedición no se agregó azúcar; y que en todo caso retienen un mínimo de azúcar residual natural tras la fermentación.

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