Salentein lanza dos vinos de corte elegantes y expresivos

En un país como la Argentina, donde el Malbec es casi sinónimo de vino tinto, cambiar un blend basado en Malbec a uno nuevo en el que predomina el Cabernet Sauvignon puede sonar a jugada peligrosa. Para José "Pepe" Galante, chief winemaker de Bodegas Salentein, es simplemente una cuestión de evolución del conocimiento del manejo en el viñedo, que permite obtener lo mejor de esta cepa. De ahí que el flamante Salentein Reserva Corte de Tintas, que reemplaza al Salentein Reserve Blend que tenía como componente principal al Malbec, tiene una mayoría de Cabernet, ¡y el cambio es más que positivo!
Al mismo tiempo, la bodega de Valle de Uco, Mendoza, suma a esta línea -integrada también por los varietales Malbec, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Merlot, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, y por un Rosado- un Corte de Blancas, que tiene como componente destacado al Gewürztraminer: “La Gewürztraminer tiene una excelente expresión en el Valle de Uco y se destaca por ser un varietal poco convencional dentro de los vinos blancos, por eso decidimos innovar e incorporar un 28% de esta magnífica variedad de uva a la composición del nuevo Corte de Blancas”, comentó Pepe Galante.
El precio de venta sugerido es de $750
Salentein Reserva Corte de Blancas 2019 tiene una composición Chardonnay (62%), Gewürztraminer (28%) y Sauvignon Blanc (10%). En aromas combina de forma muy elegante durazno, maracuyá y un leve toque cítrico, mientras que en boca se destaca por su textura envolvente, levemente oleosa. Su notable cuerpo se compensa con una buena frescura, resultado de una acidez alta. Su final es cítrico y su graduación alcohólica es de 13,5%. Puede hacerle frente tanto a una pesca como a carnes de cerdo asadas y achuras.

Salentein Corte de Tintas 2018 contiene un 51% de Cabernet Sauvignon, un 34% de Malbec y un 15% de Cabernet Franc, y sus aromas reflejan ese mix: está el morrón rojo dulce del Sauvignon, la fruta roja del Malbec y el mentolado del Franc, junto con una nota pequeña de chocolate aportada por la crianza. En boca es vertical, con mucha estructura, pero una fineza y dulzura de taninos que sorprende. Al igual que en el corte blanco, su acidez es alta y vibrante; repite en sabores las notas de nariz. Final largo, un vino que se bebe muy fácil y muy placenteramente. Su graduación alcohólica es de 14,5%. Excelente relación precio-calidad en un vino que puede acompañar casi cualquier comida.